Todo empezó cuando Maite estaba jugando en el patio y se le atoró su cabecita en un barandal de fierro, fue un momento muy fuerte para papá, la abuela y para mí porque lloraba de dolor, la logramos sacar (está perfectamente bien) pero se quedó muy sensible. Después de eso están jugando con unos goteros y si hermana se los arrebató, fue la gota que derramó el vaso, Maite explotó cómo nunca lo había hecho, estuvo en estado de supervivencia y desconectada mucho, pero mucho tiempo, a mi me parecía eterno el llanto, lo que hice fue acompañarla y solo sentarme junto a ella a respirar (parecía que ni funcionaba y eso nunca iba a acabar) después de mucho rato aceptó que la abrazara y en eso sí hermana vino a abrazarme también y eso detonó de nuevo su "berrinche" , en ese momento Maite no quería compartir a su…